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Trading en mercados de derivados: ¿qué son los derivados financieros?

Los mercados mundiales de trading se componen de una amplia gama de productos e instrumentos financieros, y aprender los entresijos de cada uno de ellos es una buena forma de que el trader principiante empiece a formular su enfoque personal. Un sector popular del mercado se forma en torno a los derivados, pero ¿qué son los derivados y cómo funcionan?

Una ilustración de gráficos y datos financieros y económicos.

¿Qué es un derivado?

Los derivados, piedra angular de las finanzas modernas, abarcan una amplia gama de instrumentos financieros cuyo valor depende del rendimiento de un activo subyacente, un grupo de activos o un índice de referencia. Estos intrincados contratos se negocian entre dos o más partes, facilitando el trading a través de bolsas establecidas o de canales extrabursátiles (OTC, por sus siglas en inglés).

En esencia, los derivados sirven como medio para gestionar el riesgo, ofreciendo vías tanto para cubrirse frente a posibles pérdidas como para especular con los movimientos del mercado para obtener posibles ganancias. Por su propia naturaleza, los derivados pueden transferir el riesgo de las entidades reacias al riesgo a las más inclinadas a asumirlo en busca de mayores rendimientos.

Los derivados se manifiestan de diversas formas, desde contratos de futuros y a plazo hasta opciones y permutas. Cada tipo de derivado presenta características y aplicaciones distintas, proporcionando a los inversores y a las instituciones herramientas versátiles para gestionar los mercados financieros.

La dinámica de los derivados gira en torno a las fluctuaciones de los precios de sus activos subyacentes. Estos activos abarcan un espectro que comprende acciones, bonos, materias primas, divisas, tipos de interés e índices de mercado. En consecuencia, los valores de los contratos de derivados fluctúan paralelamente a las variaciones de los precios de estos activos subyacentes.

Una de las principales funciones de los derivados es la cobertura, con la que los inversores intentan mitigar su exposición a los riesgos del mercado. Por ejemplo, una empresa puede utilizar derivados para protegerse de las fluctuaciones de los precios de las materias primas, garantizando la estabilidad de sus costes operativos.

A la inversa, los derivados también sirven como potentes herramientas para la especulación, permitiendo a los inversores capitalizar los movimientos anticipados del mercado. Al asumir posiciones basadas en previsiones de las tendencias de los precios de los activos, los traders pueden utilizar potencialmente los derivados para amplificar los beneficios potenciales. Sin embargo, este aspecto especulativo de los derivados conlleva intrínsecamente mayores riesgos, ya que las ganancias y las pérdidas pueden magnificarse mediante el apalancamiento.

El apalancamiento, una característica frecuente en muchos derivados, amplifica tanto las recompensas como los riesgos potenciales. Aunque el apalancamiento aumenta el potencial de ganancias de las inversiones en derivados, también expone a los participantes a una mayor susceptibilidad a la volatilidad del mercado. En consecuencia, es imprescindible una gestión de riesgos prudente al realizar operaciones con derivados apalancados.

En el ámbito del trading de derivados, bolsas como la Bolsa Mercantil de Chicago (CME) sirven de plataformas fundamentales para que los participantes en el mercado realicen operaciones con derivados. Estas bolsas proporcionan liquidez y transparencia, facilitando el trading eficiente de contratos de derivados entre diversos participantes del mercado.

A pesar de los beneficios potenciales que ofrecen los derivados, los derivados negociados en mercados OTC introducen complejidades y riesgos adicionales, en particular el riesgo de contraparte. En las operaciones OTC, las contrapartes se enfrentan al riesgo de impago de la otra parte implicada. Para mitigar este riesgo, los inversores pueden emplear diversos instrumentos derivados, como futuros y permutas de divisas, para cubrirse frente a las posibles pérdidas derivadas de los impagos de las contrapartes.

En esencia, los derivados personifican la naturaleza polifacética de los mercados financieros, proporcionando a los inversores herramientas indispensables para gestionar el riesgo, especular con los movimientos del mercado y optimizar las estrategias de inversión. Sin embargo, su intrincada dinámica requiere una comprensión profunda y una gestión diligente del riesgo para navegar con eficacia en el panorama de los derivados.

Trading de derivados financieros

Al igual que otros sectores de los mercados financieros, los derivados y las formas en que se negocian son muy diversos y pueden requerir cierto estudio para comprenderlos completamente. Profundicemos en estos temas:

Explicación del mercado de derivados

El mercado de derivados representa un vasto ecosistema de instrumentos financieros, que comprende tanto contratos extrabursátiles (OTC) como contratos negociados en bolsa, todos los cuales derivan su valor de un activo subyacente. A diferencia de los mercados tradicionales, el mercado de derivados trasciende las fronteras físicas, existiendo como una red descentralizada de transacciones realizadas a escala mundial.

Parte integrante del funcionamiento del sistema financiero mundial, el mercado de derivados sirve de mecanismo para gestionar el riesgo, facilitar la especulación y optimizar las estrategias de inversión. En particular, bolsas destacadas como la Bolsa Mercantil de Chicago (CME) y la Bolsa Intercontinental (ICE) desempeñan un papel decisivo a la hora de proporcionar plataformas para el trading de derivados.

La CME, reconocida como una de las bolsas más antiguas del mundo, alberga una variada gama de derivados, incluidos futuros y opciones vinculados a materias primas y sectores. En particular, sus ofertas abarcan el sector agrícola y las materias primas blandas, proporcionando a los participantes en el mercado vías de cobertura y especulación.

Del mismo modo, la ICE cuenta con una amplia gama de productos derivados, desde divisas hasta materias primas y más. Dentro de su ámbito, la bolsa ICE Futures Europe, antes conocida como LIFFE, es una piedra angular del paisaje financiero del Reino Unido. Aquí se negocian contratos de opciones y futuros, entre los que destaca el crudo Brent (EB), que satisfacen las necesidades de los inversores que buscan exposición a los mercados energéticos.

En esencia, el mercado de derivados representa un ecosistema dinámico caracterizado por su versatilidad, liquidez y alcance mundial. A través de bolsas como la CME y la ICE, los participantes en el mercado obtienen acceso a una miríada de instrumentos derivados, lo que les permite desenvolverse por la dinámica del mercado, cubrir riesgos y buscar oportunidades de inversión en diversas clases de activos y geografías. Ahora echemos un vistazo a las dos divisiones principales de los derivados, los derivados extrabursátiles (OTC) y los derivados negociados en bolsa:

Derivados OTC

Un derivado extrabursátil (OTC) es un contrato financiero a medida estructurado para cumplir con los requisitos específicos de las partes involucradas, a diferencia de los derivados cotizados en bolsa. A diferencia de sus homólogos cotizados en bolsa, los derivados OTC operan en un marco más descentralizado, caracterizado tradicionalmente por una intermediación y regulación mínimas.

Los derivados OTC, como los contratos a plazo, las permutas y las opciones exóticas, son contratos negociados en privado entre contrapartes, a menudo facilitados por brókeres. A pesar de ofrecer soluciones a medida, la ausencia de cláusulas estandarizadas en los derivados OTC plantea retos en términos de transparencia y liquidez. Además, la falta de una cámara de compensación centralizada expone a las contrapartes a un mayor riesgo de crédito, ya que no hay ninguna entidad que garantice el cumplimiento de las obligaciones contractuales.

En resumen, los derivados OTC proporcionan un mecanismo flexible para gestionar el riesgo y la exposición, permitiendo a las contrapartes adaptar los contratos a sus necesidades precisas. Sin embargo, esta flexibilidad conlleva riesgos inherentes, como el riesgo de crédito y las posibles restricciones de liquidez, lo que subraya la importancia de la diligencia debida y la gestión del riesgo al participar en operaciones con derivados OTC.

Derivados negociados en bolsa

Un derivado negociado en bolsa representa un contrato financiero cotizado y negociado en una bolsa regulada, que proporciona un entorno estructurado y supervisado para el trading. A diferencia de los derivados extrabursátiles (OTC), los derivados negociados en bolsa ofrecen varias ventajas, como la normalización, la liquidez y la mitigación del riesgo de impago.

Entre los derivados bursátiles más reconocidos están los futuros y las opciones, que permiten a los inversores cubrirse contra la exposición al riesgo o especular con diversos activos financieros como materias primas, acciones, divisas y tipos de interés.

Estos derivados se liquidan a través de una cámara de compensación, como la Options Clearing Corporation (OCC) o la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), ofreciendo seguridad y garantía a los participantes en el mercado. Este proceso de compensación reduce el riesgo de inversión al garantizar el cumplimiento de las obligaciones contractuales.

Los derivados negociados en bolsa, incluidas las opciones y los futuros, se negocian en bolsas reguladas como la Bolsa Mercantil de Chicago (CME), la Bolsa Internacional de Valores (ISE), la Bolsa Intercontinental (ICE) y la bolsa LIFFE de Londres. Esta supervisión reguladora y la estructura del mercado mejoran la transparencia y la protección del inversor, haciendo que los derivados negociados en bolsa sean accesibles a una gama más amplia de inversores, incluidos los traders minoristas.

Una de las principales ventajas de los derivados negociados en bolsa reside en sus condiciones y especificaciones normalizadas, que simplifican el trading para los inversores. La normalización permite a los inversores obtener fácilmente información crucial sobre el contrato, como su valor, cantidad y negociabilidad. Además, los derivados negociados en bolsa ofrecen flexibilidad en el tamaño de los contratos, adaptándose a inversores con distintos niveles de capital mediante opciones como los minicontratos.

Además, los derivados negociados en bolsa mitigan el riesgo de impago al ser la bolsa la contraparte de cada transacción. Este acuerdo garantiza que las contrapartes cumplan sus obligaciones, eliminando la preocupación por el incumplimiento de los compromisos contractuales.

Otra característica distintiva de los derivados negociados en bolsa es su mecanismo de valoración a precios de mercado, en el que las pérdidas y ganancias se calculan diariamente. Esta valoración diaria garantiza que los inversores mantengan un capital suficiente para cubrir posibles pérdidas, evitando repercusiones negativas en la estabilidad del mercado.

En esencia, los derivados negociados en bolsa proporcionan un mercado regulado, normalizado y transparente para que los inversores gestionen el riesgo, especulen con los movimientos del mercado y optimicen sus estrategias de inversión, contribuyendo así a la eficiencia e integridad del sistema financiero mundial.

Tipos de derivados

Los tipos más comunes de derivados son los futuros, los contratos a plazo, las permutas y las opciones, cada uno de los cuales sirve para fines distintos en la gestión del riesgo y la optimización de las estrategias de inversión. A continuación, profundizaremos en los detalles de varias categorías clave de derivados.

CFD

Una de las formas de derivados más populares entre los traders de todo el mundo son los contratos por diferencias o CFD. Los CFD ofrecen exposición a diversos activos financieros sin una propiedad real. Esencialmente, los CFD siguen los precios de los mercados financieros mundiales, permitiendo a los inversores especular con los movimientos de los precios sin poseer directamente el activo subyacente.

Originados en la década de 1990, los CFD fueron utilizados inicialmente por los fondos de cobertura y más tarde se hicieron accesibles a los clientes minoristas a través de plataformas de trading en línea. Hoy en día, empresas como Plus500 ofrecen servicios de trading de CFD en varios mercados, incluidos índices, acciones y forex, a través de intuitivas plataformas en línea.

En el trading con CFD, las partes llegan a acuerdos con los brókeres para negociar la diferencia en el precio de un instrumento financiero subyacente desde la apertura del contrato hasta su cierre. Los traders especulan con los movimientos de los precios, con el objetivo de beneficiarse de predicciones precisas, mientras que pueden incurrir en pérdidas si los movimientos del mercado van en su contra.

En particular, los traders pueden ir en largo abriendo posiciones de compra de CFD o ir en corto abriendo posiciones de venta de CFD, lo que les permite beneficiarse de los movimientos de precios tanto al alza como a la baja sin poseer el activo subyacente. El trading con CFD ofrece ventajas como depósitos mínimos bajos, sin costes de almacenamiento y la posibilidad de vender en corto.

Sin embargo, el trading con CFD conlleva riesgos inherentes, como la volatilidad del mercado y el apalancamiento. El trading apalancado amplifica tanto las ganancias como las pérdidas potenciales, lo que obliga a los traders a mantener niveles de margen adecuados para cubrir posibles pérdidas. Los requisitos de margen, que comprenden los márgenes inicial y de mantenimiento, dictan la cantidad de capital necesaria para abrir y mantener posiciones en CFD.

A pesar de los riesgos, el trading con CFD sigue siendo popular debido a su flexibilidad y potencial de beneficios. Los traders deben informarse sobre las complejidades del trading con CFD y considerar la posibilidad de buscar asesoramiento profesional para mitigar los riesgos de forma eficaz. Plus500 ofrece recursos educativos gratuitos, como vídeos y artículos, para dotar a los traders de los conocimientos necesarios para navegar por los mercados con confianza.

Futuros

El trading de futuros, a menudo considerado como una de las formas más antiguas de trading, hunde sus raíces en la antigüedad, con pruebas históricas que sugieren su presencia en la Bolsa del Arroz de Dojima, en Japón, en 1697. Los contratos de futuros, piedra angular del trading de futuros, implican acuerdos entre dos partes para comprar o vender un activo financiero, como materias primas, divisas o índices, a un precio y en un momento predeterminados en el futuro.

En un contrato de Futuros, una parte se compromete a comprar el activo subyacente, mientras que la otra se compromete a venderlo en una fecha y a un precio futuros especificados, independientemente de las condiciones imperantes en el mercado. En particular, los traders no están obligados a pagar el precio total del activo por adelantado, sino que deben depositar una fracción conocida como margen, que varía en función del activo y de otros factores.

Los mercados de futuros funcionan como bolsas en las que los participantes compran y venden activos subyacentes para su entrega futura. Estos mercados ofrecen acceso a una amplia gama de instrumentos financieros mundiales, como materias primas, forex, tipos de interés e índices. La historia de los mercados de futuros se remonta a siglos atrás, con iteraciones modernas que surgieron en el Chicago del siglo XIX, sobre todo a través de la Bolsa Mercantil de Chicago (CME), una de las principales bolsas de futuros.

Hoy en día, las bolsas de futuros más importantes, como la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) y la Bolsa Mercantil de Chicago (CBoT), desempeñan un papel fundamental a la hora de facilitar el trading de futuros. Plataformas como Plus500* proporcionan a los traders acceso a las principales bolsas de futuros del mundo, como EUREX, NYMEX y otras.

Los contratos de futuros se clasifican como contratos de derivados, ya que su valor deriva del activo subyacente. Por lo tanto, se consideran derivados, que permiten a los traders especular con los movimientos de los precios y protegerse de los riesgos asociados al activo subyacente. En general, el trading de futuros ofrece a los traders una plataforma versátil para participar en diversos mercados financieros y gestionar eficazmente sus carteras de inversión.

*Plus500 no ofrece operaciones de futuros en todas las jurisdicciones.

A plazo

Los contratos a plazo, también conocidos como forwards, funcionan de manera similar a los contratos de futuros, pero se negocian exclusivamente en mercados extrabursátiles y no en bolsas. Estos contratos ofrecen a compradores y vendedores la flexibilidad de personalizar las condiciones, los tamaños y los procesos de liquidación para adaptarlos a sus necesidades específicas, a diferencia de los contratos de futuros estandarizados. Sin embargo, esta personalización también introduce un mayor nivel de riesgo de contraparte debido a la ausencia de supervisión cambiaria.

El riesgo de contraparte plantea un problema importante en los contratos a plazo, ya que representa el riesgo de que una de las partes incumpla las obligaciones estipuladas en el contrato. En caso de insolvencia o incumplimiento de una de las partes, la otra puede sufrir pérdidas o ser incapaz de hacer cumplir los términos del contrato.

Además, una vez establecido, las partes de un contrato a plazo tienen la opción de compensar sus posiciones con otras contrapartes. Aunque esta flexibilidad ofrece oportunidades para la gestión de riesgos, también aumenta la complejidad y el potencial de los riesgos de contraparte a medida que más traders participan en el mismo contrato.

En definitiva, los contratos a plazo ofrecen personalización y flexibilidad, pero conllevan riesgos de contraparte inherentes, por lo que una evaluación y gestión exhaustivas del riesgo son esenciales para los participantes en los mercados de derivados extrabursátiles.

Permutas

Una permuta es un tipo de acuerdo de derivados financieros en el que dos partes intercambian flujos de efectivo o pasivos asociados a diferentes instrumentos financieros. Por lo general, las permutas implican flujos de efectivo vinculados a un importe principal teórico, como un préstamo o un bono, aunque el instrumento subyacente puede variar ampliamente. Es importante destacar que el importe principal en sí mismo suele permanecer sin cambios durante todo el acuerdo de permuta.

Con una permuta, cada flujo de caja representa una parte del contrato. Una parte de la permuta suele incluir flujos de caja fijos, mientras que la otra implica flujos de caja variables vinculados a factores como los tipos de interés de referencia, los tipos de cambio flotantes o los precios de los índices.

Entre los distintos tipos de permutas, las permutas de tipos de interés son las más comunes. A diferencia de los derivados estandarizados que se negocian en bolsas, las permutas son contratos personalizados negociados en mercados extrabursátiles (OTC) entre empresas o instituciones financieras. Los inversores minoristas no suelen participar en las operaciones de permutas debido a su complejidad y a su naturaleza a medida, que se adaptan mejor a las necesidades específicas de las partes implicadas.

Opciones

Una opción representa un instrumento financiero vinculado al valor de valores subyacentes como acciones, índices o fondos cotizados (ETF). A diferencia de los contratos de futuros, las opciones ofrecen a los compradores la opción de comprar o vender el activo subyacente, según el tipo de contrato que tengan, sin estar obligados a hacerlo. Cada contrato de opción viene con una fecha de vencimiento predeterminada, en la que el titular debe decidir si ejerce su opción.

El precio especificado al que se puede comprar o vender el activo se conoce como precio de ejercicio. Las opciones generalmente se negocian a través de corredores minoristas o en línea. Las opciones proporcionan a los compradores el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente a un precio y fecha predeterminados. Las opciones call y las opciones put son la base de diversas estrategias de opciones diseñadas con fines de cobertura, de generación de ingresos o especulativos. El trading con opciones puede servir tanto para objetivos de cobertura como especulativos, y ofrece un espectro de estrategias que van de lo simple a lo intrincado.

Derivados: ventajas y riesgos

Como ocurre con cualquier parte de los mercados financieros, los derivados como clase tienen su propio conjunto de ventajas e inconvenientes.

Ventajas de los derivados

  • Fijación de precios: Los derivados ofrecen la posibilidad de fijar los precios, lo que permite a las empresas garantizar los precios de las transacciones futuras y reducir la exposición a las fluctuaciones de precios de los activos subyacentes.

  • Cobertura efectiva: Los derivados sirven como instrumentos de cobertura eficaces, ya que permiten a las partes interesadas protegerse contra los movimientos adversos de los tipos de interés, las divisas u otras variables del mercado, minimizando así los riesgos financieros.

  • Mitigación de riesgos: Los derivados proporcionan un mecanismo para mitigar los riesgos asociados con la volatilidad del mercado y ofrecen una capa de seguridad financiera frente a condiciones de mercado impredecibles.

  • Rentabilidad: A pesar de las ventajas en cuanto a gestión de riesgos, los derivados suelen tener un coste relativamente limitado, lo que los convierte en una opción atractiva para las empresas que buscan estrategias de gestión de riesgos eficientes.

  • Trading de márgenes: Los derivados normalmente se pueden comprar con margen, lo que permite a los traders aprovechar los «fondos prestados» para las actividades de trading, lo que podría mejorar la rentabilidad y amplificar la rentabilidad.

Desventajas de los derivados

  • Dificultades de valoración: Uno de los principales inconvenientes de los derivados es la dificultad de valorarlos con precisión, ya que sus precios se basan en el rendimiento de los activos subyacentes, lo que hace que su valoración sea compleja e incierta.

  • Riesgos de contraparte: Los derivados extrabursátiles (OTC) conllevan riesgos de contraparte que son difíciles de predecir o evaluar, y que pueden exponer a las partes a pérdidas financieras si la contraparte incumple sus obligaciones.

  • Sensibilidad del mercado: Los derivados son sensibles a diversos factores de mercado, como los cambios en el plazo de vencimiento, los costes de mantenimiento de los activos subyacentes y los tipos de interés, lo que dificulta la correspondencia exacta entre los valores de los derivados y los activos subyacentes.

  • Vulnerabilidad de valor intrínseco: Los derivados carecen de valor intrínseco y son vulnerables a la confianza y el riesgo del mercado, lo que provoca fluctuaciones en los precios y la liquidez no relacionadas con el rendimiento de los activos subyacentes.

  • Riesgos de apalancamiento: Los derivados suelen ser instrumentos apalancados, que ofrecen la posibilidad de obtener mayores rentabilidades, pero también amplifican las pérdidas, lo que los hace susceptibles a caídas rápidas y sustanciales de su valor, especialmente en condiciones de mercado volátiles.

Cómo operar con derivados con Plus500

Comenzar a operar con contratos por diferencia (CFD) en Plus500 es sencillo y se puede realizar en unos pocos pasos sencillos. Sigue estos pasos para comenzar tu andadura en el trading con CFD:

  1. Selecciona tu método de trading de CFD:
    Determina el tipo de CFD que deseas negociar en la plataforma de Plus500. Plus500 ofrece una amplia gama de productos de CFD, como acciones, índices, materias primas, forex y opciones. Ten en cuenta tus objetivos de inversión, tu tolerancia al riesgo y tus conocimientos del mercado a la hora de elegir los CFD con los que quieres operar.

  2. Familiarízate con el mercado de CFD:
    Antes de sumergirte en el trading con CFD, tómate tu tiempo para informarte sobre el mercado de CFD. Infórmate sobre los distintos tipos de CFD disponibles, noticias del mercado, estrategias de trading y técnicas de gestión de riesgos. Plus500 proporciona recursos educativos, como artículos, vídeos y tutoriales, para ayudarte a comprender mejor el trading con CFD y los riesgos inherentes.

  3. Abre y verifica tu cuenta de Plus500:
    Para empezar a negociar CFD en Plus500, tendrás que abrir una cuenta y verificar tu identidad. El proceso de apertura de la cuenta es rápido y sencillo, y requiere que proporciones información personal básica y que sigas los procedimientos de verificación de Plus500. Una vez verificada tu cuenta, puedes depositar fondos y empezar a operar con CFD.

  4. Desarrolla tu estrategia de trading con CFD:
    Antes de ejecutar tu primera operación con CFD, desarrolla una estrategia de trading global adaptada a tus objetivos financieros y a tu tolerancia al riesgo. Considera factores como los puntos de entrada y salida, el tamaño de las posiciones, el uso del apalancamiento y las técnicas de gestión de riesgos. Una estrategia de trading bien definida puede ayudarte a tomar decisiones informadas y a desenvolverte eficazmente por el volátil mercado de CFD.

  5. Comienza a operar con CFD:
    Una vez que hayas elegido tu método de trading con CFD preferido, te hayas familiarizado con el mercado, hayas abierto y verificado tu cuenta en Plus500 y hayas desarrollado tu estrategia de trading, ¡es hora de empezar a operar! Accede a tu cuenta Plus500, navega hasta la plataforma de trading y ejecuta tus operaciones con CFD basándote en tu estrategia establecida. Supervisa de cerca tus operaciones, adáptate a las condiciones del mercado y sigue aprendiendo y perfeccionando tu enfoque de trading para tener éxito a largo plazo.

Conclusión

En conclusión, los derivados financieros representan un ecosistema polifacético de instrumentos diseñados para gestionar el riesgo, especular con los movimientos del mercado y optimizar las estrategias de inversión. Aunque los derivados ofrecen numerosas ventajas, como la fijación de precios, la cobertura eficaz y la rentabilidad, también conllevan riesgos inherentes, como problemas de valoración, riesgos de contraparte y sensibilidad al mercado.

A pesar de estos inconvenientes, los derivados siguen siendo parte integrante de las finanzas modernas, proporcionando a los inversores herramientas indispensables para navegar por el panorama dinámico y complejo de los mercados financieros mundiales. Tanto si operas con futuros, opciones, permutas o contratos por diferencias (CFD), el conocimiento profundo, la gestión de riesgos diligente y el aprendizaje continuo son esenciales para tener éxito en el trading de derivados.

Plus500 ofrece una plataforma de fácil uso para el trading de CFD, que permite a los traders aprovechar las oportunidades del mercado y gestionar los riesgos de forma eficaz. Siguiendo los pasos descritos, los traders pueden embarcarse en su viaje de trading de CFD con confianza, aprovechando la flexibilidad y el potencial de los instrumentos derivados para alcanzar sus objetivos financieros.

Preguntas frecuentes

¿Los CFD se consideran derivados?

Sí, los CFD (contratos por diferencia) se consideran derivados.

¿Cuáles son los principales tipos de derivados financieros?

Los principales tipos de derivados financieros son los futuros, las opciones, las permutas y los contratos por diferencias (CFD), entre otros.

¿Qué tipos de mercados subyacentes tienen derivados financieros?

Los derivados financieros se basan en una variedad de mercados subyacentes, como acciones, bonos, materias primas, divisas, tipos de interés e índices bursátiles.

¿Los derivados están apalancados?

Sí, los derivados suelen implicar apalancamiento, lo que amplifica tanto las posibles ganancias como las pérdidas.

¿Dónde puedo operar con derivados?

Los derivados pueden negociarse en varias plataformas, incluidas bolsas como la Bolsa Mercantil de Chicago (CME) y plataformas de trading en línea como Plus500.

¿Cuáles son algunos ejemplos de derivados?

Algunos ejemplos de derivados son los contratos de futuros, los contratos de opciones, las permutas y los contratos por diferencias (CFD).

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