Tesla se enfrenta a desafíos
El floreciente sector de los vehículos eléctricos ha recibido una amplia cobertura en los medios de comunicación financieros, ya que las empresas, desde China hasta California, aprovechan el creciente número de consumidores que desean conectarse. Con los cierres de COVID-19, que han puesto en jaque las operaciones normales de los centros de fabricación chinos a principios de este año, los inversores pueden estar pendientes de las señales que dé el mediático CEO de Tesla, Elon Musk, sobre cómo este pionero de la tecnología podría ajustar su estrategia empresarial en el futuro.
¿Fuego de dinero?
Tesla (TSLA) ha iniciado recientemente las operaciones de producción en sus nuevas instalaciones de Berlín (Alemania) y Austin (Texas), pero la evaluación de Elon Musk sobre estas dos nuevas incorporaciones a la red mundial de la empresa no ha sido muy brillante. En una reunión de inversores de Tesla en Silicon Valley, una ciudad saturada de tecnología, a finales del mes pasado, Musk se refirió a las nuevas fábricas como "hornos de dinero", dando a entender que sus costes de funcionamiento superan los ingresos en este momento.
Con el telón de fondo de los graves problemas que sigue teniendo la cadena de suministro, otros comentarios de Musk pueden haber sido motivo de preocupación para los operadores. Subrayó el hecho de que la mayoría de las empresas automovilísticas acaban quebrando; con la inflación aumentando los costes para todos los sectores de la economía, esta observación podría no haber sido relajante de escuchar.
¿Disminuyen las entregas?
A pesar de estos retos, según los expertos del mercado, parece que Tesla navega con paso firme entre los vientos en contra. Aunque la empresa entregó más de 50.000 vehículos menos a los consumidores en el segundo trimestre en comparación con el primero de este año, junio fue el mejor mes de la historia de Tesla en cuanto a producción de automóviles.
Los paros en las instalaciones de Tesla en Shanghái pueden haber tenido un efecto nocivo en las cifras de entrega de este trimestre, pero los analistas postulan que esta cifra recuperará la tendencia alcista a lo largo de este año. Las previsiones apuntan a que 390.000 y 445.000 vehículos Tesla llegarán al mercado en el tercer y cuarto trimestre, respectivamente, con lo que el total de entregas para 2022 se situará en torno a 1,4 millones, lo que supone un aumento del 50% respecto al año pasado.
Aunque los datos del flujo de caja trimestral de Tesla no estarán disponibles para el público hasta el 20 de julio, las estimaciones apuntan a que esta cifra se situará en torno a los 750 millones de dólares, lo que supone un fuerte descenso respecto a los 2.200 millones de dólares registrados en el primer trimestre de este año.
Rival chino
Aunque muchos de los factores que afectan a los resultados de Tesla no son propios de la empresa, un rival chino en el sector de los vehículos eléctricos ha aprovechado las dificultades de Tesla para ponerle en aprietos.
El gigante chino de vehículos eléctricos BYD (1211.HK) entregó más de 350.000 vehículos a los consumidores en el segundo trimestre, eclipsando las cifras correspondientes de Tesla. Por consiguiente, entre todas las empresas de vehículos eléctricos, BYD se llevó la corona de las entregas en el segundo trimestre de este año.
Algunos fuertes vientos de cola pueden haber contribuido a este cambio en el equilibrio de poder de la industria. BYD ha inaugurado este año operaciones de producción en varias fábricas nuevas, y también ha lanzado un nuevo modelo propio, el Seal, a los consumidores. El Seal ya compite con el Model 3 de Tesla en mercados clave. En lo que va de año, las acciones de BYD han subido algo menos del 18%, mientras que las de Tesla han bajado un 43%.
Con esta compleja confluencia de factores que afectan al modelo de negocio de Tesla, queda por ver en qué dirección dirigirá Elon Musk la nave de los vehículos eléctricos en el futuro. Mucho depende de cómo el mercado global, y la industria de los vehículos eléctricos en particular, se enfrenten a las preocupaciones macroeconómicas.