La Reserva Federal intensifica la lucha contra la inflación
Aunque la economía mundial se enfrenta a importantes vientos en contra que soplan desde muchas direcciones en estos momentos, uno de los más comentados es sin duda la inflación. La mayoría de los países industrializados se enfrentan actualmente a tasas anualizadas de aumento de los precios que superan con creces la tasa "ideal" del 2%, y los bancos centrales, desde Fráncfort hasta Washington, D.C., están sopesando sus próximos movimientos. En este contexto macroeconómico, la Reserva Federal de los Estados Unidos anunció ayer una subida de los tipos de interés en el país del 0,75%, la mayor subida del tipo de los fondos federales en casi 30 años.

El FOMC está preparado para actuar
El Comité Federal de Mercado Abierto, que determina el rumbo de la política monetaria de Estados Unidos, concluyó su última cumbre de dos días el miércoles por la tarde. Tras esta reunión, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reveló al público en una rueda de prensa que los tipos de interés subirían incluso más de lo previsto.
Aunque la Reserva Federal lleva subiendo los tipos de interés en cada una de sus reuniones desde marzo, los últimos datos económicos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales pueden haber influido en esta aceleración del ritmo. El viernes pasado, los datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) y del sentimiento de los consumidores mostraron que los precios aumentaron a un ritmo anualizado del 8,6% en mayo, el más alto visto desde 1981, mientras que el estado de ánimo de los ciudadanos estadounidenses respecto a la economía se ha hundido hasta un nuevo mínimo.
Estos datos pueden haber sorprendido a Powell y a otros responsables de la política monetaria, que han hecho de la contención de la inflación su objetivo central en los últimos meses. Dado que las anteriores subidas de los tipos de interés del 0,5% no han conseguido hasta ahora aliviar la presión sobre los bolsillos de los estadounidenses, parece que los responsables de la Fed han llegado a la conclusión de que se necesitan medidas más agresivas. En marzo, la mediana de los miembros del FOMC preveía una subida de los tipos de interés inferior al 2% en total para finales de año; actualmente, las predicciones son que para 2023 el tipo de los fondos federales habrá subido en total más del 3%.
El giro de los índices
La inflación ya se ha convertido en un quebradero de cabeza para la administración Biden, que se prepara para las elecciones de mitad de mandato de noviembre. La inestabilidad geopolítica y las perturbaciones de los precios de las materias primas han acaparado los titulares durante la primavera de este año, y el ánimo de negociación de los principales índices estadounidenses se ha vuelto progresivamente más reacio al riesgo.
En las sesiones bursátiles de la semana pasada, el S&P 500 de Nueva York (USA 500), el Nasdaq (US-TECH 100) y el índice industrial Dow Jones (USA 30) mostraron retrocesos generalizados, ya que la falta de claridad sobre la trayectoria de la economía a corto plazo y los próximos movimientos de la Fed reinaban en Wall Street. Sin embargo, esta tendencia se invirtió ayer tras el anuncio de subida de tipos de Powell.
Al sonar la campana de cierre el miércoles por la tarde, el S&P 500, el Nasdaq y el Dow Jones habían roto su racha de pérdidas de varios días, registrando ganancias del 1,4%, el 2,5% y el 1% respectivamente. Parece que, al menos por el momento, la magnitud de la seriedad con la que el banco central estadounidense se toma los esfuerzos por devolver la estabilidad al mercado está dando sus frutos en el ánimo de los mercados.
¿Aterrizaje duro en camino?
A pesar del cambio de rumbo de ayer, se siguen manifestando importantes preocupaciones en torno a la campaña de subidas de tipos de interés de la Fed. Los dos últimos años han estado llenos de altibajos desde el comienzo de la pandemia del COVID-19, y muchos expertos temen que se produzca otra recesión en Estados Unidos.
Las subidas de los tipos de interés no sólo afectan a la tasa de inflación, sino que también hacen que la financiación de la expansión de las empresas y la compra de propiedades sean menos asequibles para el ciudadano medio. El objetivo central de los bancos centrales que luchan contra la inflación es reducir la demanda para hacer frente a la disminución de la oferta, y así cortar las alas al aumento de los precios.
Sin embargo, parece cada vez más probable que la sobrecalentada economía estadounidense se vea abocada a un "aterrizaje forzoso", es decir, a una recesión con el consiguiente aumento de las tasas de inflación. Debido a las condiciones globales más amplias sobre las que la Fed no tiene control, como los problemas de la cadena de suministro y los recientes cierres por coronavirus en China, el presidente Powell ha reconocido que la Fed podría ser incapaz de reducir la inflación sin provocar una recesión.
Por el momento, los observadores del mercado parecen no estar seguros de en qué dirección sopla el viento. Todavía no está claro si esta última subida de los tipos de interés hará bajar la tasa de inflación de junio de forma significativa, y si las próximas cumbres del FOMC concluirán con subidas igualmente importantes del tipo de los fondos federales. Por ahora, parece que la vuelta a un crecimiento estable y sostenido sigue estando fuera del horizonte.