Rusia entra en impago por primera vez en un siglo
Mientras el conflicto entre la Federación Rusa y Ucrania ocupa la atención de los medios de comunicación internacionales en los últimos 124 días, las consecuencias económicas para los países alejados de la zona del conflicto siguen materializándose. Esta madrugada, Rusia incumplió el pago de sus deudas por primera vez desde la época presoviética de 1918, poniendo en duda hasta dónde pueden llegar las ondas económicas.
Incumplimiento por defecto
Desde que los soldados rusos entraron por primera vez en territorio soberano de Ucrania a finales de febrero, las potencias democráticas occidentales han puesto en marcha un régimen de sanciones cada vez más estrictas. Desde la desconexión de la industria financiera rusa del sistema SWIFT, que coordina los pagos entre los bancos a nivel internacional, hasta una plétora de multinacionales occidentales, incluidas Mcdonald's (MCD) y Starbucks (SBUX), que han cesado sus operaciones en Rusia, la economía del antiguo hegemón soviético ha luchado por mantenerse a flote.
Esta mañana ha comenzado un nuevo capítulo en la saga de las turbulencias financieras, ya que Rusia no ha pagado 100 millones de dólares de intereses de su deuda soberana en moneda extranjera antes de la fecha límite del domingo. Originalmente, este pago de dos eurobonos debía realizarse el 27 de mayo, pero se amplió un periodo de gracia hasta ayer a medianoche. Los efectos inmediatos de este incumplimiento de pago son aún inciertos, ya que la economía rusa está cubierta por una capa de niebla.
Según muchos analistas, aunque los sectores empresarial y financiero, desde Moscú hasta Vladivostok, sufren claramente, es difícil obtener datos concretos y fiables. Esto se debe a que las reservas de divisas del Banco Central de la Federación Rusa siguen congeladas y, como ya se ha mencionado, el sector bancario del país más grande del mundo ha sido anulado del sistema internacional. Además, en consonancia con las sanciones impuestas por la UE, las empresas de calificación, como Standard and Poor's, ya no ofrecen calificaciones a las entidades con sede en Rusia.
En el momento de redactar este informe, las agencias de calificación internacionales aún no han declarado el impago, aunque se espera que la confirmación oficial ya esté en marcha. Sin embargo, los representantes rusos siguen negando que su Estado no disponga de los medios necesarios para afrontar estos impagos. Según fuentes gubernamentales, la Federación Rusa se ve obligada a incurrir en un "falso" impago, a pesar de que pretende atender el servicio de su deuda de 40.000 millones de dólares en moneda extranjera en rublos, y no en otra divisa.
El problema principal de este plan es que ninguno de los acuerdos por los que Rusia obtuvo sus obligaciones extranjeras permite el servicio a través de rublos, mientras que Rusia no tiene forma de acceder a los mercados internacionales de divisas para convertir el contenido de sus arcas a otra moneda. Por lo tanto, es muy probable que no se acepten los 400 millones de dólares en rublos pagados la semana pasada en concepto de intereses atrasados.
Algunos observadores del mercado afirman que los inversores pueden aguantar la presión y esperar a ver cómo se desarrolla este impago. Los operadores, tanto rusos como extranjeros, pueden esperar que el conflicto armado en Ucrania llegue a su fin en breve y que, por tanto, se suavicen las sanciones económicas impuestas a Rusia. Si se permite que el sector bancario ruso se reincorpore a las redes internacionales, los prestamistas del país podrían aceptar pagos en rublos y convertirlos en otro depósito de valor. Sin embargo, aunque las consecuencias a corto plazo de esta agitación por impago son todavía opacas, aparecen ya otro tipo de desafíos en el horizonte.
¿Una U.E. independiente de la energía?
Actualmente, la inflación es un tema trillado en los medios de comunicación financieros de todo el mundo, ya que se registran subidas de precios récord en Estados Unidos y Europa, entre otros países. Una de las principales causas de este descenso del poder adquisitivo ha sido el aumento del coste de los principales combustibles fósiles, como el Petróleo (CL), derivado de la interrupción de las líneas de suministro entre los yacimientos siberianos y el Occidente.
A pesar de estos problemas, los grandes países europeos podrían estar replanteándose sus políticas energéticas para disminuir la carga inducida por el corte de suministro. Tres de las mayores empresas del sector energético francés, TotalEnergies (TTE.PA), EDF (EDF.PA) y Engie (ENGI.PA), están pidiendo a sus compatriotas que reduzcan el consumo para mantener el suministro de Gas Natural (GN) en un nivel suficiente para satisfacer la demanda este próximo invierno.
Además, el gobierno de Macron reiniciará pronto las operaciones de una planta de carbón en el este de Francia para preparar la demanda de calefacción del país durante el invierno. Esta decisión se produce tras los planes de Alemania, aún incipientes, de comenzar a producir electricidad utilizando carbón para desprenderse de las importaciones de gas ruso.
Por el momento, la Unión Europea está lejos de ser independiente, y el Banco Central Europeo de Fráncfort se esfuerza por frenar la inflación. Si bien estos pasos hacia la producción interna pueden suponer un cierto alivio para los ciudadanos europeos que esperan el invierno, todavía hay mucha incertidumbre. Los expertos opinan que el impago ruso de hoy probablemente no arrastrará hacia abajo a los índicesglobales, ya que la economía del país está predominantemente aislada del sistema financiero mundial en este momento. Sin embargo, las repercusiones de las turbulencias económicas de Rusia podrían deparar sorpresas tanto a los operadores como a los responsables políticos.